Al enterarse de lo ocurrido a Juan, se marchó. Se fue a Galilea y allí comenzó la aventura de Jesús.
Unos muchachos entretenidos con su quehacer escuchan la llamada “venid…”
Inmediatamente dejaron las redes, dejaron la barca, dejaron a su padre… Dejaron todo, oficio, cosas, familia. Así nos lo cuenta el evangelista, nada sabemos de sus titubeos y vacilaciones si los hubo, nada sabemos de la reacción del padre.
Mateo se preocupa de mostrarnos su disponibilidad a la llamada y el atractivo de Jesús. Jesús provoca, incita, no deja indiferente.
El Reino tan anunciado, tan esperado, tan ansiado ya está aquí. Jesús va a dar sentido a su vida a curar sus dolencias, a liberarlos del mal.
Jesús, su mensaje su vida es la respuesta a las inquietudes cotidianas.
También nosotros somos llamados y la llamada nos pone a prueba. Enredados por la maraña de cosas y preocupaciones que se amontonan desordenando nuestras mentes y nuestro corazón. Jesús libera, Jesús sana. Jesús desenreda.
¿Y si escuchásemos la llamada de Jesús?
¿Y si nos dejásemos liberar y empapar por su paz?
Sor Áurea
Monasterio de Ntra Sra. de la Consolación
Xàtiva – Valencia