El Padre Lacordaire (LACORDAIRE, O.P., Henri, “Santo Domingo y su Orden, EDIBESA, Madrid, 1998. pp. 83.) relata el sueño que tuvo la beata Juana de Aza cuando tenía ya en su seno a Santo Domingo:
“Una célebre señal precedió el nacimiento de Santo Domingo. Su madre vio en sueños el fruto de sus entrañas en forma de un cachorro, que con una antorcha en la boca, salía de su seño para abrasar al mundo. Inquieta por un presagio de sentido tan oscuro, iba con frecuencia a orar ante el sepulcro de Santo Domingo de Silos, que había sido abad del monasterio de su nombre, no muy distante de Caleruega. Agradecida a los consuelos que allí obtuvo, dio el nombre de Domingo al niño objeto de sus oraciones. Era el tercer hijo que salía de sus benditas entrañas.
El monasterio de Silos está a una distancia de 28 kilómetros de Caleruega y allí a la derecha de los restos mortales de Santo Domingo de Silos hay un gran cuadro que refleja el momento en que la beata Juana reza ante la tumba de Santo Domingo de Silos y éste se le aparece y le aclara el significado del misterioso sueño que ha tenido.
En la última actualización del breviario dominicano nos ofrecen rezar “Ad libitum” el oficio de Santo Domingo de Silos. Así termina la reseña de su vida para nuestra Orden:
“Entre aquellos que han venerado a este santo (Domingo de Silos) hay que destacar a la madre de nuestro padre Santo Domingo (de Guzmán), es decir, la Beata Juana, quien pidió por su hijo solicitando la intercesión del abad de Silos, cuyo nombre quiso que llevara.”
Este sueño es relatado por los primeros biógrafos de Santo Domingo, puede encontrarse en “Santo Domingo de Guzmán, fuentes para su conocimiento” de L. Galmés y V. Gómez, BAC, Madrid,1987: Jordán de Sajonia: Orígenes de la Orden de Predicadores, pp. 85, Pedro Ferrando: Narración sobre Santo Domingo, pp.222, Constantino de Orvieto: Narración sobre Santo Domingo: pp. 253, Humberto de Romans: Narración sobre Santo Domingo, pp. 295-296, Rodrigo de Cerrato: Vida de Santo Domingo, pp. 337.