¿SUFRIR PARA CRECER?
¿Es el sufrimiento un sentimiento que debemos evitar a toda costa? ¿O, por el contrario, debemos enfrentarnos a él como único camino hacia la plenitud?
Existen diferentes tipos de sufrimiento: biológico, psicológico y espiritual (Max Scheler).
El sufrimiento biológico del ser humano es identificable con el de los animales, pues en este caso, el dolor actúa como una señal de alarma del organismo ante un peligro inminente.
Pero el sufrimiento espiritual, que caracteriza al ser humano, no siempre tiene un papel defensivo.
Entonces, ¿cuál es el significado del sufrimiento humano? ¿Por qué y para qué sufrimos?
Scheler señala que el sufrimiento implica sacrificio y el sacrificio es parte del aspecto espiritual del ser humano. Es este aspecto espiritual el que, como seres humanos, podemos actuar frente al dolor, tomando una postura y encontrando un significado último para el sufrimiento.
Actualmente, nos encontramos con que el individuo repudia el sacrificio de la misma forma que se espanta ante el sufrimiento, entendido este como algo que hay que evitar a toda costa hasta el punto de que una situación aislada de sufrimiento se confunde con un “trastorno emocional”: el sufrimiento se convierte así en una anomalía que se ha de narcotizar con toneladas de placeres más o menos efímeros.
Ante esto, podemos recurrir a Viktor Frankl quien nos señala que el ser humano es capaz de hacer frente a lo que la sociedad prioriza en el momento (no sufrir), gracias a su dimensión espiritual.
Frankl dice que “el paciente sólo se desespera cuando ya no encuentra ningún sentido a su dolencia”, por lo tanto, la “conversión existencial” surge cuando el ser humano puede encontrar el sentido al sufrimiento, siendo éste, por tanto, el único camino para filtrar los sentimientos negativos propios del dolor y el sufrimiento.
Tanto para Max Scheler como para Viktor Frankl el sufrimiento no debe, por tanto, rehuirse ni rechazarse. El sufrimiento sería una oportunidad, un reto, un paso más en nuestro camino hacia la plenitud espiritual…siempre y cuando le encontremos un sentido.
Sustrato de “¿Qué es la teoría del sufrimiento de Scheler?”, en Psicología y Mente