ORACIÓN: Llevar a Dios el dolor, los logros y esperanzas de los hombres; orar por los que no saben, no pueden o no quieren acordarse de Él.
El corazón de un contemplativo está lleno de misericordia y compasión.
La compasión es más que un sentimiento, es abrir los ojos para ver a Cristo entre nosotros todavía sufriente.
Es una educación del corazón y de los ojos que nos hace estar atentos al Señor que está con nosotros.
LITURGIA: En la celebración de la liturgia actualizamos el Misterio de nuestra Salvación.
La celebración solemne de la liturgia es el corazón de nuestra vida, cuya unidad radica principalmente en ella» (LCM 75).
«La Eucaristía es el centro de la liturgia de la comunidad, es el vínculo de caridad fraterna y la fuente principal de la inquietud apostólica» (LCM 76).
Las monjas celebramos diariamente en coro todas las Horas del Oficio Divino.