Bendición de la imagen de la beata Josefina Sauleda, O.P. en la capilla de Nuestra Señora del Rosario de Fátima de la Parroquia de San Raimundo de Peñafort de Barcelona.
El pasado 19 de octubre de 2016, el Arzobispo de Barcelona Mons. Juan José Omella presidió la solemne ceremonia de bendición de la nueva imagen, esculpida en bronce, de la Beata Josefina Sauleda, en la que fue capilla de su Monasterio en Barcelona, antes de trasladarse al actual en Explugues de Llobregat, obra de la escultora Marta Solsona, presente en la ceremonia. La imagen quedará en la segunda capilla a la izquierda entrando en el templo, dedicada a Nuestra Señora de Fátima, con una reliquia permanentemente iluminada para su veneración y solicitud de intercesión por sus fieles devotos.
Concelebraron con monseñor Omella Fray Jesús Sariego, Prior Provincial de los Dominicos de la provincia de Hispania, Mn. Ramón Batlle, párroco de San Raimundo, así como por el anterior párroco Mn. Carlos Mas de Xaxars, numerosos sacerdotes diocesanos y frailes dominicos. Una selecta coral cantó la misa de Angelis.
Estuvieron presentes sor María Teresa de Jesús Gil, priora federal de la Federación de la Inmaculada, a la cual pertenece el monasterio Mont Sion, donde la beata Josefina realizó su vocación contemplativa hasta el día de su martirio el día 31 de agosto de 1936. La casi totalidad de las consejeras de la Federación. Sor Montserrat Salvador, actual priora del monasterio de Mont Sión en Explugues de Llobregat con alguna otra hermana de la comunidad y un grupo de monjas que representaban a los monasterios de la Federación y diferentes ramas de la familia dominicana, hermanas, seglares y movimiento juvenil dominicano.
En los primeros bancos del templo, repleto de fieles, se hallaban presentes familiares de la Beata Josefina venidos de San Pol de Mar, así como una representación del ayuntamiento de San Pol acompañados por su alcaldesa Montserrat Garrido. La junta directiva de Hispania Mártir estuvo presente en la eucaristía.
En su homilía Mons. Omella glosó el carisma de la vocación religiosa contemplativa de la que la Beata Josefina dio dignísimo ejemplo, y la gracia del martirio por ella recibida, que mediante su sangre, la ha unido más estrechamente a Jesucristo, Rey de los Mártires.
Finalizada la Eucaristía recordó distintos momentos de la vida de la Beata y su auténtico carisma dominicano. Seguidamente Mons. Omella, procedió a la bendición de la imagen de la Beata Josefina y de su reliquia.