Las monjas dominicas del Monasterio de la Inmaculada de Torrent (Valencia) dejaron su convento en agosto de 2021, para trasladarse junto a sus hermanas del Monasterio de Santa Catalina de Siena en Paterna. El órgano que durante desde muchas décadas del siglo pasado y hasta 2021, las había acompañado alabando al Señor, lo dieron a la Parroquia que pertenecían y a la que les unían unos vínculos entrañables. Además, se quedaba en la ciudad de Torrent, donde han sido tan felices y donde tanto cariño han recibido.
La Parroquia con la ayuda de la entidad bancaria Caixa Popular, lo ha restaurado y ampliado con nuevas posibilidades musicales. El día 8 de enero de 2023, domingo que celebramos el Bautismo del Señor, fue la fecha señalada para bendecirlo e inaugurarlo.
Las Monjas dominicas del Monasterio de Santa Catalina fueron invitadas a participar en este acontecimiento y una representación de la comunidad, asistió a esta celebración de las segundas Vísperas de la solemnidad del Bautismo del Señor.
Después del responsorio, hubo una breve homilía, siguió el rito de bendición del órgano, precedido por una especie de diálogo entre los participantes y el órgano, evocando aquel primer momento de la creación en el que Dios llamó todas las cosas a la existencia. Así, se “fue llamando al órgano para que “despertara” y que sus sonidos empezaran a alabar la gloria de Dios. Para este “diálogo” se invitó a los músicos de Torrent , algunos muy jóvenes, que habitualmente intervienen en las celebraciones. Por parte de las monjas tocó Sor Mª Ángeles Calleja. Todo fue muy emotivo, pero este diálogo nos acercó, a la belleza. Sí, se puede decir que después del silencio, lo que mejor expresa lo inexpresable, es la música.
Concluida la bendición del órgano, siguió un magnífico concierto a cargo del joven profesor David Morales Tent, que “nos acercó al cielo” según la expresión de un participante en el acto. David nos dijo; a eso he consagrado la vida y he renunciado a todo lo demás.
Con un aplauso agradecido y largo, y sobre todo con corazones rebosantes de fe, terminó la celebración alabando a Dios y por tantos dones recibidos.