Celebramos la entrega total de nuestra hermana Josefina Sauleda, monja dominica del Monasterio de Monte Sión de Barcelona y mártir del siglo XX, beatificada en el año 2007. Ella es una mujer que consagró todo su ser a la vida contemplativa como dimensión de la sublime virtud de la caridad. El reflejo de la imagen de su rostro es un fiel retrato de su semblanza espiritual llena de humanidad, una vida marcada por su amor incondicional a Jesucristo, por un amor que llega al extremo, por el amor esponsal que da la vida por el amado.
Los acontecimientos de su vida personal y los de su época se convirtieron en un lugar de encuentro con Dios. Ella sabía que Dios la amó primero y sin Su amor no podía amarlo, ni podía corresponderle. Como dice San Pablo «Dios es quien hace crecer» porque la vida de nuestra hermana fue dichosa haciendo realidad las palabras del salmista que nos dice: «dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad» y nosotros estamos invitados a poner ese amor en nuestro propio corazón y vivirlo como una dicha.
San Pablo nos llama «edificio de Dios» como el edificio de Monte Sión de Barcelona que fue testigo del amor de Josefina por Jesucristo.
La vida de Josefina es un mensaje del amor de Dios que nos invita a corresponder al Amor con el propio amor, porque fue el fundamento de su vida, pues había vivido una profunda experiencia en la propia vida, y la comunicaba a quienes le rodeaban.
Ante nuestra sociedad damos testimonio de alegría, de fraternidad, de solidaridad y ¿por qué no? de sinodalidad. Damos testimonio de algo que va más allá de la vida que se ve; decía Pablo VI que nuestros conventos «han de tener las paredes de cristal, para que el mundo entero nos vea» y, por eso en esta época somos testimonio de sinodalidad.
Se nos invita a manifestar la esperanza, desde la realidad que vivimos, contando con nuestras raíces y mirando hacia el futuro para dar a conocer nuestra esencia.
Queremos haceros partícipes de algunas novedades de nuestras comunidades donde el carisma permanece en el presente y crece hacia el futuro.
Os invitamos a navegar por nuestros conventos con nuevas y variadas fotos… disfrutar del reflejo de vida de nuestras hermanas. Y que junto a nuestra hermana Josefina podamos afirmar que «dentro de estas paredes, amamos al Señor».