Celebramos la fraternidad, en la mesa de la compasión compartimos lo mejor que tenemos y Dios hace el milagro, Él multiplica, generosamente y todo alcanza y sobra.
Dios dará el pan y los ángeles servirán la mesa.
Los compañeros de camino son los apóstoles, testigos del milagro, que desde la alegría reparten el alimento del cuerpo y el alma.
Andreina Carradini, OP
EXPOSICIÓN: COMPAÑEROS DE CAMINO.
Desde el mes dominicano por la paz 2021 a los venezolanos dispersos por el mundo y en ellos, a todos los migrantes.
Un espacio enfocado en los migrantes que busca:
* Reconocer el coraje en la determinación de los migrantes, y en ellos la del corazón del hombre en la búsqueda del bien y la superación personal, familiar y de los pueblos, contra toda desesperanza y en condiciones adversas, con la evidencia de la incertidumbre cada mañana, pero con la fe y confianza en sí mismos y en el Dios de la vida y la esperanza, que en silencio invita acogerle, abriéndole a la trascendencia en Él, desde el amor fraterno en el que podemos reconocernos sus hijos.
* Reconocer en el mes dominicano por la paz su acción de compañía en el compromiso de la Orden por la Justicia y la Paz en cada una de sus presencias.
Les invitamos a recorrer el camino humano de ser compañeros de camino, desde la realidad, detenida en el tiempo por el lente fotográfico, que nos regala una imagen y una historia que muestra, no la movilidad humana, sino esa forzada migración del pueblo venezolano, que tiene la obligación imperante de sobrevivir al mal y a la mentira que divide y sale del corazón de algunos hombres.
Y desde las pinceladas que, en acuarelas y esperanza, en juego con la luz, desde el arte, nos introduce en la luminosa esperanza del ser humano y en la fe concreta en el Dios hecho niño y hombre, desde donde se revela como el Camino, la Verdad y la Vida, en la que se ha hecho siervo, llamándonos amigos y estando con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Para ser compañero de camino.
Que este recorrido fotográfico, acompañado con las pinturas y expresión artística en su composición, nos invite a reconocernos compañeros de camino y a vivirlo con la Verdad de Santo Domingo de Guzmán, quien, desde la donación de su misma vida, asumida desde la compasión, que en algunos gestos recordamos, como al vender sus libros para socorrer el hambre de los pobres en aquel momento o al ofrecerse él para venderse como esclavo y comprar la libertad de esclavos cristianos.
En la voz del Papa, que orienta a su Iglesia escuchemos y dispongamos nuestro corazón para cultivar una actitud acogedora, integradora, protectora y promotora de cada persona, en situación migrante. Ella encarna la vulnerabilidad del hombre en su soledad personal y comunitaria, cuando se ve forzado a salir de su entorno familiar, geográfico, cultural y social.
