Desde la Asamblea
Hermanas, en este último capítulo de las crónicas, de nuestra primera asamblea, les compartimos algunas palabras de la homilía del Padre Asistente.
“Para darse cuenta de lo que significa el Reino Jesús nos da dos ejemplos. El primero es el parche para remendar: no hay vejez mayor que la del pecado. Jesús no viene simplemente a poner un parche, sino que viene a ofrecernos una novedad total. “Vestirse, revestirse” de una novedad total, nos remonta a la realidad del Bautismo.”
La segunda imagen es la del vino en los odres: “Jesús usa la imagen del Esposo, “las Bodas” como nuevo signo del Reino. Una realidad nueva, la donación de Cristo debe ser recibida en recipientes nuevos.”
El ejemplo de San Pablo, nos ilustra esta novedad: “Pablo se convirtió, cambió de mentalidad, descubrió la vida nueva y el don de la gracia como la lógica del Reino que Cristo nos trae.”
Este viernes por la mañana, con la revisión y aprobación del proemio, en el que incluimos el espíritu que debe guiarnos, culminamos los trabajos de la Asamblea. Luego, el resto de la mañana y por la tarde se reunió Madre Federal con su consejo.
Alrededor de las 18 hs, despedimos a fray Jorge y le agradecimos tanta disponibilidad y su colaboración en estos días.
El sábado por la mañana presidió la misa de acción de gracias el Padre Provincial y concelebró fray Carlos María Izaguirre, O.P. Fray Javier en su homilía aludió a la primera lectura, diciendo: “Todas las iniciativas de gracia vienen de Dios, también la reconciliación tiene en él su inicio. Todo proviene de él, en su providencia se dan las circunstancias y los acontecimientos.
El misterio de la reconciliación tiene como horizonte que nos podamos presentar como ofrenda. Ese es el fin de la vida plena que Dios nos ha conseguido. Para subrayar esa plenitud, san Pablo dice que la ofrenda es santa, agradable e irreprochable. (…)
Estamos invitados a acoger este don, como lo hizo María, pues somos llamadas a realizar una entrega total para retornar a Él como bendición. Hoy se nos invita a profundizar en la entrega de María, pues ella es un espejo en el cual nos debemos mirar.
Con la federación iniciamos esta vida nueva: estatutos, normas, disposiciones que son camino de vida, instrumentos al servicio de la vida de Dios, medios para que la gracia se pueda desplegar con plenitud y hondura. María, Madre de la Gracia nos ayuda a permanecer “firmes en la fe y sin apartarnos de la esperanza”, pues ella es modelo de confianza y abandono. Somos invitados a acoger sus dones y gracias en esta nueva etapa”.
Hermanas, así van concluyendo estos días, en los que experimentamos la gracia de la fraternidad, el corazón abierto y generoso de la comunidad de Mendoza y el apoyo orante de nuestras comunidades. Quiera Dios afianzarnos en esa comunión que nace del amor trinitario y nos haga auténticas hijas de santo Domingo, “predicador de la gracia”.
¡Demos gracias a Dios!