Catalina nació en Kotor (Montenegro) en 1493 y fue bautizada en la ortodoxia. Entró en la Orden seglar tomando el nombre de Hosanna. Vivió durante 41 años recluida en dura penitencia, dedicada a la divina contemplación y a la oración por el pueblo cristiano. Murió el 27 de abril de 1565 y su cuerpo se venera actualmente en la catedral de Kotor. Su culto fue confirmado, presentándola como intercesora para la unión de los cristianos, en 1927.
Dios le otorgó el don de consejo para guiar muchas almas hacia Él. En Kotor la llamaban “la trompeta del Espíritu Santo” y “maestra mística”. Personas de todas partes acudían a ella en busca de consejo. Atraía a todos a vivir una vida cristiana auténtica. La consideraban patrona del movimiento ecuménico.