Habían marchado con la mochila vacía ahora la traen repleta de euforia y satisfacción.
Regresan contentos. Han experimentado el gozo y la alegría que conlleva el hacer el bien. Los poderes del mal se les sometían. Lo cuentan entusiasmados y asombrados al Maestro, que les escucha paciente y complacido. Han aprendido que ser bondadosos, ayudando a quienes sufren, intentando así despejar el camino para que llegue el Reino que anuncian es la única fuente de felicidad.
Marcharon de dos en dos y ahora se reúnen para recuperar fuerzas y comunicarse la experiencia.
Ahora es Jesús quien cuida de ellos, sabe que todo esfuerzo ha de ser recompensado con el descanso, que sin la oración y el retiro se decae y la ilusión se agosta. La comunidad es la casa propia, el hogar donde compartir, relajarse y descansar.
“Muy bien muchachos busquemos un lugar tranquilo”.
Es preciso reponerse juntos compartiendo la oración y la escucha. Saborear y rumiar el mensaje y la Palabra de Jesús, sin estos nutrientes el éxito les podría envanecer apropiándose egoístamente del triunfo, alimentando un protagonismo que acabaría agostando la misión. Sin oración corremos el peligro de sustituir el rostro del Maestro por el nuestro.
Pero con frecuencia los planes se frustran, así les pasó. La gente se les coló interponiéndose entre el descanso programado y la necesidad de ser curados, de escuchar una doctrina que dotase de sentido sus vidas. Necesitan a Jesús.
Y Jesús lo tiene claro. Hay que escuchar a la gente, invitar a la gente, curar a la gente. Socorrer, consolar, iluminar
Le da lástima, se compadece, están “como ovejas sin pastor”
Algo así nos sucede hoy. Pastores, maestros los encontramos por todas partes, prometen cuidar de nosotros nos ofrecen libertades y falsos espejismos, nos ilustran para que no caigamos en las redes ancestrales que cultivan, según ellos. el miedo, la desazón y la esclavitud.
Nos seducen con su palabrería con sus señuelos de libertad y felicidad, pero entretanto la gente se sigue frustrando, desorientada, sin un verdadero Pastor.
Los supuestos guías son falsos conducen a su propio prestigio.
El éxito de la evangelización, hacer el bien y conducir a Jesús. Sor Áurea Sanjuán