Desde sus orígenes, la historia de la Orden de Predicadores ha estado asociada al reconocimiento de la figura de María como modelo de vida creyente, protectora e intercesora permanente, según se expresa en los documentos que tratan sobre los orígenes y los primeros tiempos de la comunidad fundada por Santo Domingo de Guzmán.
Tenemos muchos motivos para pensar que la Virgen María es Patrona especial de nuestra Orden, apoyándonos en hechos acaecidos en los primeros tiempos de la Orden. La Virgen dijo: “Esta Orden está bajo mi tutela”. Ella es madre especial de la Orden de predicadores fundada para alabar, bendecir y predicar a su Hijo, y por esto ella la guía, la promueve y la defiende.
“La Iglesia ha invocado a la Virgen María «con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora» ya que su función maternal perdura sin cesar en la economía de la gracia y «con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna.» (LG n. 62).
Como afirma el MO fray Humberto de Romans: «La Virgen María fue una gran ayuda para la fundación de la Orden y se espera que la lleve a buen fin» (Opera, Il, 70.71). Por ello la Orden de Predicadores reconoce desde sus inicios la protección de la Virgen y «no duda en confesarla, la experimenta continuamente y la recomienda a todos —frailes, hermanas y laicos— para que apoyados en su protección maternal, se unan con mayor intimidad al Mediador y Salvador.» (LG, n. 62) para llevar a cabo la difícil misión de la salvación de los hombres.