Las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, me recuerdan el desafortunado espectáculo de presentación de los JJOO 2024 en Paris. Y pienso: ¿Podrá ser que los artistas no hayan sido comunicadores de arte y belleza?. Pues a pesar de que no lo habéis logrado, en Francia siempre habrá poesía, en la Tierra siempre habrá poesía.
¡Qué pena! ver a hombres y mujeres convertidos en marionetas de las tinieblas, pretendiendo burlarse de lo que para los cristianos es sagrado y da vida al mundo: la institución de la Eucaristía.
Más ignorantes que necios, los actores y organizadores del deplorable espectáculo, han dejado a un lado la belleza, el esfuerzo y la emoción del deporte y lo han querido enturbiar, pero no han podido.
Lo malo ha sido tan evidente, que ha provocado la repulsa e indignación no solo de los cristianos, también de las personas con sentido común, gente sensata, religiosa o no. Las protestas por la falta de respeto, a nivel mundial, deben haber sido muy grandes, tanto, que os habéis visto obligados a pedir disculpas.
Ojalá sean de corazón y en algún momento de vuestra vida volváis a vuestro Creador, al que os ha llenado de dones y estaba, en el momento que os queríais burlar de Él, sosteniendo vuestras vidas.
Os deseo de corazón que podáis experimentar la misericordia de Quien os ama, a pesar de todo, y la gran dignidad que tenéis por ser imagen suya.
Termino, hermanos, —aunque no me leáis nunca—, con una frase de otro poeta: “…cuando planté rosales, coseché siempre rosas”. Es un verso de Amado Nervo. Si esta vez no habéis cosechado aplausos, preguntaos qué tipo de semilla sembráis en la vida.
Aseretlig, julio 2024